Para la entrada de esta semana, analizaré las novedades en la parrilla actual de Antena 3 y las estrategias llevadas a cabo para insertarlas en su programación diaria. Dichas novedades son Velvet (que ya puede presumir de alcanzar el 21,4% de share), Me resbala y ¡A Bailar!
Velvet , la serie de moda (perdonadme por el chiste) que narra las peripecias de una galería costurera de los años 50 no para ganar audiencia. Tras haber ganado en su estreno a B&B, Velvet mantiene los ya naturales métodos de Antena 3: Nos encontramos ante una serie que mantiene buena imagen de la cadena, para un target adolescente-adulto y con el empeño de coger caras muy reconocibles y queridas por la cadena aun sin ningún talento interpretativo. La serie está regida a la estrategia del Blocking, ya que sigue las mismas características que el resto del bloque televisivo de Antena 3, sigue los mismo parametros que el resto de sus series y al capítulo le sigue un programa detrás de las cámaras llamado Más de...Velvet. Quien vaya a ver Velvet sabe lo que va a encontrar. Debido a su éxito y buen recibimiento dicha noche, Antena 3 mantiene su estrategia de Plaza Fuerte y decide no cambiarla de día ya que al hacerlo la serie B&B, ha admitido su derrota, al menos en ese día de la semana. Por último decir que en la mayoría de los casos los cortes publicitarios se sucedían a la vez que los de otras cadenas por lo que se deduce que Antena 3 ha optado por la estrategia de igualar las pausas publicitarias para asegurarse su audiencia.
Al contrario que con la serie anterior, Antena 3 no ha tenido muy buena suerte con su nuevo concurso ¡A Bailar!
Si bien el programa no empezó con malos datos de audiencia (18,8% de share) conforme fueron pasando las semanas fue bajando de una manera alarmante que incluso ha obligado a la cadena a reducir el número de programas de 13 a 6. Ni siquiera recurriendo a la estrategia Hammock (situar un programa de poco éxito entre otros de buena audiencia para intentar ayudar a que sea visto) ha servido para algo. La gente que ve El Hormiguero o Encarcelados no quiere ver después famosos bailando. La cadena ha optado por lo de siempre: un intento de programa familiar con caras conocidas y eligiendo como presentador a alguien que fue un éxito en otro de sus programas, en este caso Mónica Naranjo de la anterior temporada de Tu cara me suena. (¿Una especie de Crossover, tal vez?)Y es que pese a que el programa salía rentable a nivel económico (las pausas publicitarias entre cada número son hasta justificadas) y el uso del Clipping (no hay títulos de crédito) simplemente el problema está en que el jurado y los concursantes no tienen la chispa suficiente ni para enganchar ni lo que es peor, para entretener y hacerlo más llevadero. De ahí que el programa haya sido un fracaso.
Si bien el programa no empezó con malos datos de audiencia (18,8% de share) conforme fueron pasando las semanas fue bajando de una manera alarmante que incluso ha obligado a la cadena a reducir el número de programas de 13 a 6. Ni siquiera recurriendo a la estrategia Hammock (situar un programa de poco éxito entre otros de buena audiencia para intentar ayudar a que sea visto) ha servido para algo. La gente que ve El Hormiguero o Encarcelados no quiere ver después famosos bailando. La cadena ha optado por lo de siempre: un intento de programa familiar con caras conocidas y eligiendo como presentador a alguien que fue un éxito en otro de sus programas, en este caso Mónica Naranjo de la anterior temporada de Tu cara me suena. (¿Una especie de Crossover, tal vez?)Y es que pese a que el programa salía rentable a nivel económico (las pausas publicitarias entre cada número son hasta justificadas) y el uso del Clipping (no hay títulos de crédito) simplemente el problema está en que el jurado y los concursantes no tienen la chispa suficiente ni para enganchar ni lo que es peor, para entretener y hacerlo más llevadero. De ahí que el programa haya sido un fracaso.
Para acabar, voy a hablaros del programa Me Resbala, que vuelve a nuestras televisiones para hacernos pasar un buen rato mediante pruebas de lo más absurdas. Lo primero a destacar de este programa es la sabia decisión por parte de Antena 3 de elegir a Arturo Valls como presentador. La cadena recurre al Crossover, ya que aprovechando su fama en otros programas como Ahora Caigo, han decidido meterlo también como presentador de este programa. Dicho esto, cabe decir que, como en la mayoría de los concursos de Antena 3, el propio decorado del programa merece mención aparte debido a lo bien hecho y pensado que está para hacer las pruebas más divertidas: desde el decorado que se inclina hasta donde se sientan los concursantes que les permite verlo todo perfectamente para su disfrute también. También ayuda la simpatía de los concursantes que suelen ser artistas famosos y que, lejos de preocuparse por quedar en ridículo, deciden reírse de ellos mismos y pasárselo en grande, cosa que se agradece. La estrategia utilizada es el Lead-in, ya que precede al cine de Antena 3 y se vale de los espectadores del mismo para conseguir audiencia. Para acabar, decir que se recurre a la estrategia de avanzar la publicidad y, por tanto, sus cortes publicitarios coinciden con los de otras cadenas pero acabarán antes, manteniendo así una audiencia fiel para con el programa.